Mi evolución en el diseño

¿Cómo llegue hasta aquí?

Zephora

3/15/20243 min read

Desde que tengo memoria, siempre he tenido una conexión profunda con las artes y la estética. Mis primeras herramientas de expresión fueron lápices y papel, y dibujar se convirtió en una segunda naturaleza para mí desde la educación preescolar. No obstante, mi primera experiencia con la educación profesional en diseño gráfico, no llegó hasta la universidad. Fue allí donde pude desarrollar una visión estética basada en parámetros evaluativos que me permitieron entender y aplicar conceptos de manera más estructurada y coherente.

La ilustración ha sido mi principal interés. En la universidad, comencé a corregir muchas de las técnicas y estilos que había adoptado de manera autodidacta. Fue un proceso de deconstrucción y reconstrucción. Aprendí a analizar mi trabajo con una mirada crítica y a tomar decisiones más informadas sobre composición, color y técnica. Este período de aprendizaje fue crucial para desarrollar un estilo más propio y distintivo que reflejara mejor mi visión y habilidades.

Con el tiempo, mi interés comenzó a expandirse hacia otras áreas del diseño gráfico. El branding se convirtió en mi segundo gran amor. Descubrí el poder de crear identidades visuales que no solo fueran estéticamente atractivas, sino que también comunicaran de manera efectiva los valores y la esencia de una marca. Paralelamente, el diseño de piezas publicitarias empezó a fascinarme. Me encantaba la idea de crear mensajes visuales impactantes que capturaran la atención y transmitieran un mensaje claro y persuasivo.

Además, la figura del docente siempre ha sido fundamental para mí. Desde más joven, supe que quería enseñar y compartir mis conocimientos con otros, e incluso lo hacía con mis compañeros de bachillerato dictándoles clases particulares de inglés o explicándoles cualquier tema que dominase, ellos siempre me dijeron que tenía facilidad para explicar. No fue una sorpresa para quienes me conocían que eventualmente me convirtiera en docente universitaria.

La enseñanza no solo me permitió cumplir este deseo, sino que también tuvo un impacto significativo en mi desarrollo como diseñadora gráfica. Interactuar con alumnos talentosos llenó mi cabeza de ideas nuevas y me expuso a estilos de diseño que nunca habría considerado por mi cuenta. Este intercambio constante de conocimientos y perspectivas enriqueció mi visión y habilidades.

Como docente, tuve la oportunidad de ver una gran cantidad de referencias de diseño provenientes de mis alumnos, así como de estar al tanto de las tendencias y movimientos artísticos contemporáneos. Este flujo constante de información visual me ayudó a entender mejor qué significa realmente diseñar, para poder así aplicarlo a mi misma y también transmitirlo a los demás, ya que no es tarea fácil transmitir correcciones y mejoras a algo que surge de un proceso creativo que es y siempre debe ser, libre.

Aprender a reconocer y analizar las diferentes influencias estilísticas y cómo se integran en el trabajo de mis estudiantes y colegas fue una parte crucial de mi formación continua. Es totalmente cierto, que uno aprende sus alumnos.

Considero que nadie puede denominarse diseñador gráfico hasta que empieza a ver el mundo de una manera distinta. Es ese momento en que ves un atardecer y te fijas en la paleta de colores, miras una película y prestas atención a los planos y secuencias, las escenas, los colores y el mensaje. Caminas por la calle y observas el diseño de todas las publicidades que te rodean. Es cuando empiezas a diseñar y sabes perfectamente lo que estás haciendo, dominando las herramientas y técnicas necesarias para ello, cuando dejas de dudar de ti. El mundo se ve totalmente distinto cuando lo miras a través del lente del arte gráfico.

Conoce la historia de mi marca personal, a través de mi artículo ¿Por qué mi logo es un fénix?

SÍGUEME EN REDES SOCIALES

Zephora Graphic Design © 2025. Todos los derechos reservados